Chúo Torrealba
Foto: Lechuguinos.Com

No es una invención del chavismo. El mismo secretario general de la MUD lo reconoció.

Una nota del medio opositor El Estímulo recoge las declaraciones de Chúo Torrealba luego de la primera reunión entre representantes de El Vaticano, el Gobierno Bolivariano y la MUD el pasado 31 de octubre en el Museo Alejandro Otero de La Rinconada.

Chúo comentó: «El domingo (31 de octubre) estuvimos al filo del desastre. Una alianza política a la que le cuesta tanto ponerse de acuerdo para ir a una reunión que nosotros mismos pedimos, las tiene duras para decirle al país y al mundo que sí está en condiciones de gobernar».

Lo revelador del comentario de Chúo yace en dos factores, ampliamente comentados con anterioridad por Misión Verdad: la MUD actúa improvisadamente y sin liderazgo, pierde credibilidad nacional e internacional en momentos de definiciones y queda descolocada incluso ante el planteamiento de sus propias exigencias.

Henry Ramos Allup en 2014, con el telón de fondo de las guarimbas, aseveró algo que hoy explica ese desastre que comenta Chúo: «Las diferencias (en la MUD) son de fondo y sus consecuencias han tenido un precio demasiado alto. Tenemos puntos de vista que son irreconciliables. Eso hay que resolverlo porque no podemos seguir caminando con grilletes».

Muestra de este síntoma es claramente Voluntad Popular, organización que ha decidido no sumarse al diálogo por considerar que las vías para destituir al chavismo son las extralegales y extrapolíticas. Liliana Hernández, quien conoce los laberintos internos de la MUD, se refirió a lo siguiente: «El liderazgo de Leopoldo (López) es único. Cuando cae preso quedan unos gerentes encargados del partido. Los que dirigen al partido afuera pueden estar de acuerdo en alguna estrategia, como sucedió con ir al diálogo, pero inmediatamente llega la contraorden de Ramo Verde».

El desastre de la MUD es nacional e internacional

Pero el desastre de la MUD es nacional e internacional. En lo nacional el politólogo Alexis Alzuru asevera: «Henrique Capriles privilegió su agenda electoral en 2016 y metió al resto por la misma ruta. Cuando se prioriza la agenda de las personalidades por encima de la agenda-país se tienen estos resultados».

La agenda del referendo revocatorio es una bandera personal de Henrique Capriles que fue impuesta al resto del antichavismo.

En lo internacional, el dirigente de Un Nuevo Tiempo, Vicente Bello, afirma: «Hay un grupo de Luis Florido, de la Comisión de Política Exterior, que lleva una línea particular de VP. Otro, con una política activa, respetable, pero particular de Lilian Tintori y Mitzy de Ledezma. Un tercer grupo, que es la línea institucional, que lleva Timoteo Zambrano, tratando de lograr un equilibrio hacia todos los sectores internacionales y corregir el sesgo de Aveledo hacia la Democracia Cristiana. Un cuarto grupo, el de María Corina Machado, que responde a su propio criterio».

Cuando Chúo afirma que la MUD «las tiene duras para decirle al país y al mundo que sí está en condiciones de gobernar», lo hace precisamente porque la mesa de diálogo coloca la mira de la comunidad internacional sobre sus actuaciones y su capacidad de fungir como interlocutores políticos de una parte de la sociedad venezolana.

El mismo que afirmó el desastre del antichavismo, dijo hace horas –presionado por Henry Ramos Allup en alianza con Voluntad Popular y Henrique Capriles Radonski- que la «tregua» había terminado, intentando colocar su participación en la mesa de diálogo en condición de ultimátum si no se cumplen exigencias que están al margen de la Constitución.

Lo que contrasta con las posiciones que han tenido Henri Falcón y dirigentes de Un Nuevo Tiempo, que tachan como una irresponsabilidad y una generación falsa de expectativas creer que todos los resultados que plantea el antichavismo se cumplirán el día de mañana.

Cortesia de www.misionverdad.com