El presidente brasileño, Michel Temer, no sabe cómo contener la paralización y las protestas que se extienden en Brasil
El día de hoy, 10 de febrero, el presidente de la República Federativa de Brasil, Michel Temer, comenzó la semana con una protesta y paralización por parte de la Policía Militar en el estado Espíritu Santo, pues los mismos están reclamando sus salarios que han sido reducidos y atrasados a causa de las políticas corruptas y neoliberales de Temer y que la misma huelga ha causado ya 121 muertos y unos 200 millones de reales (64,5 millones de dólares).
Por si fuera poco, Temer amenazó con actuar “con todo el rigor” del Gobierno si la huelga y las protestas se expandían por el país, ya que las considera como “comportamientos inaceptables”, pero, ¿es inaceptable que la Policía Militar exija sus sueldos y salarios a tiempo y que no tenga que recurrir a ello? ¿El no aceptar las protestas no es un golpe a la libertad de expresión? ¿Dónde está la OEA y Luis Almagro?
Ahora bien, para el día de hoy, el represivo Temer envió 2.000 soldados del Ejército brasileño con la finalidad de obligarlos a volver al trabajo para que “reestablezcan el orden en el estado” de Espíritu Santo, además de incitar a los Policías en huelga a respetar la ley y renegociar sus salarios.
Este tipo de protestas, que no han parado desde la llegada golpista de Temer, reflejan la gravedad de la crisis económica y social que sufre Brasil y los problemas financieros y de corrupción que ahogan a la mayoría de los estados del país, tanto así que han retrasado el pago de los salarios de funcionarios públicos y congelado las percepciones laborales, lo cual afecta incluso a los cuerpos de Policía.
Finalmente, la protesta empieza a extenderse hacia el estado de Río de Janeiro, donde algunos organismos de seguridad permanecieron en sus cuarteles y se evitaron trabajar ¿Llamará Almagro por la Libertad de Expresión?
Redacción Lechuguinos
