Los arrastrados de Antonio Ledezma, Diego Arria y Tamara  Suhú, llegaron al parlamento de Canadá, para implorarles más sanciones en Venezuela, entre ellos una intervención.

Desesperados porque en Venezuela se registre una invasión militar, los arrastrados de Antonio Ledezma, Diego Arria y Tamara Sujú, llegaron al parlamento de Canadá y luego de guindarse a jalas, pidieron que ese país promueva una intervención militar en Venezuela, escondida en la supuesta crisis humanitaria.

Como parte de una confesión de sus delitos en contra de la patria,  Ledezma  dijo descaradamente que “esta es la prédica que vengo haciendo desde hace varios meses, y estoy convencido que es la única manera de salvar a Venezuela, y hay que hacerlo antes que sea demasiado tarde”.

El prófugo de la justicia venezolana recalcó que “esperamos una actitud coordinada y efectiva por parte de la comunidad internacional. Si se sigue siendo simple espectador de cómo se siquitrilla y se masacra a un pueblo, Venezuela, caerá definitivamente en las garras de unas mafias  que serán factor de perturbación para la seguridad del hemisferio”.

Todo esto lo señala Ledezma, para darles argumentos a algunos países, para que hagan uso de armas de destrucción masivas en contra del pueblo, mientras que ellos y su familia, viven cómodamente en el exterior.

El doble discurso y el descaro de estos dirigentes de la derecha es tal, que alegan una supuesta crisis humanitaria en Venezuela y critican al presidente Nicolás Maduro, que hace un esfuerzo por rescatar la economía, pero ellos gastan, sin saber de dónde, miles de millones de dólares, en ostentosos viajes y dándose una lujosa vida, que ni su misma compinche Patricia Poleo entiende.

Redacción Lechuguinos