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Tras una infidelidad de su esposa con un personaje del chavismo, el cantante Oscarcito se lleva este galardón

El pasado 9 de Noviembre, el mal cantante Oscar Hernández, conocido en el medio artístico como Oscarcito armó tremendo show en las redes sociales porque había sido invitado al Festival “Suena Caracas”. El mediocre cantante  dio a entender que su negativa a participar era por un desacuerdo total con las políticas socialistas del gobierno Nacional.

Pero esto no es así. Lo que en realidad tenía el patético cantante Oscarcito es un guayabo  moral porque ahora, en el medio artístico es conocido como el “santo cachón”, ya que luego de una perfecta relación con  la  operada y saturada de botox,  Geraldine Martel, su actual esposa, que  lo dejó con los ojos claros y sin vista al mantener una paralela relación ardiente y candente con el actor chavista Manuel “Coco” Sosa.

Así como lo leen, fuentes muy confiables comentan que Oscarcito consiguió a su esposa Geraldine Martel,  en una incómoda situación de cama con el actor revolucionario, razón por la cual no le quedó más remedio que separarse de ella, para no seguir siendo la burla dentro de su círculo social que ya conocían la incómoda situación.

Por ahí comienza su odio al chavismo, porque no solo fueron los cachos, sino con quien se los montaron. El Coco Sosa, es para muchas féminas el ícono de la perfección masculina y ser desplazado por él, debe ser doblemente vergonzoso. Esto es solo la punta del iceberg de la fobia chavista que ahora tiene lleno de odio al cantante.

Oscarcito, al parecer, además de cachos sufre de pérdida de memoria selectiva, ya que, hasta Diciembre del año 2015, se dio una vida de lujos y gastos desmedidos  al estar muy vinculado con Claudia  Díaz y su esposo Adrián Velásquez Figueroa  que son prófugos de la justicia y están involucrados en los famosos Panamá Papers.

Al parecer, el cantante era el que los ayudaba en la legitimación de capitales, recibiendo regalos costosísimos de parte de esta pareja de delincuentes, como  un estudio de grabación súper  equipado en la urbanización San Bernardino de Caracas, conocida como “el bunker”, viajes en aviones privados a cualquier lugar del mundo, todo esto con el dinero mal habido a costillas de jugosos contratos con empresas del estado, a las cuales nunca les cumplieron lo concertado, es decir Oscarcito era el típico “enchufado” de la revolución.

Como si esto fuera poco, el ahora “ex chavista” perdió todos los jugosos contratos que tenía con una empresa del estado ya que el enlace era su esposa Geraldine Martel, que además de quitarle el amor, le arrebató todos los negocios y ahora todos esos ingresos van a parar al bolsillo del Coco Sosa y no los de él.

Como ven, lo de Oscarcito no es nada político ni por el país, es sencillamente un odio visceral a todo lo que huela a chavismo por que le descalabró su vida económica y personal.

 

Redacción lechuguinos.