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El nuevo modelo de distribución directa de alimentos se encuentra activo en los 24 estados de Venezuela y combate el contrabando de extracción de productos prioritarios como harina de maíz para hacer arepas, aceite comestible, arroz, pasta, leche en polvo, caraotas, azúcar y café. Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) constituyen la nueva forma de organización popular encargada, junto al Ministerio de Alimentación, de la distribución casa por casa de los productos regulados de primera necesidad.

Un total de ocho mil 400 millones de bolívares aprobó el presidente Maduro a gobernadores de todo el país, para impulsar el Sistema Popular de Distribución de Alimentos y como resultado ya se han activado 9.294 comités en todo el país.

Estas cifras al parecer son poca cosa para la diputada Gabriela Arellano, alias la “eterna universitaria” quien se ha valido de los medios de comunicación y redes sociales para desprestigiar y denunciar presuntas irregularidades dentro del sistema.

De ser cierto que “Doña Gaby” posee evidencias con la solidez suficiente para emprender una investigación, sus intenciones deberían estar dirigidas a subsanar las fallas en pro de sus compatriotas en lugar de apostar por la liquidación de una propuesta que no solo atiende a los sectores más vulnerables sino también a importantes ángulos de la clase media a la que ella asevera representar.

Pareciera que la Gaby lo que está es empeñada en anular los Clap y dejar a millones de venezolanos sin su papa segura.

 

Redacción Lechuguinos