El presidente estadounidense Joe Biden está senil y quizá no termine su mandato, previsto hasta el 2025.

Diariamente el mandatario de EE.UU. muestra señales del deterioro de su capacidad mental y física.

Desde que asumió el poder, la confusión, caídas y frases incoherentes han marcado el desempeño del gobernante norteamericano.

Estas señales de demencia senil de Biden (78 años) se hicieron patentes en la propia campaña electoral, cuando analistas asomaron que no estaba capacitado para asumir la presidencia.

Más de una vez se le vio a Biden con el rostro perdido, reflejos indecisos y el gesto desesperado de quien no consigue las palabras que debía pronunciar, episodios que cada vez son más frecuentes.

Por ejemplo, en un debate realizado en 2020 afirmó que habían muerto «150 millones de estadounidenses» por armas y se presentó como aspirante «al Senado».

«Aquí está mi hijo Beau Biden, que muchos de ustedes ayudaron a elegir al Senado de Delaware, y aquí está mi nieta Natalie», dijo. Luego reculó diciendo: «Ah, no esperen, ella no es. Es la otra».

“Qué estoy haciendo aquí?», se preguntó durante una visita a un centro de vacunación en Houston y confundió el nombre de una parlamentaria.

Dado su historial médico: dos aneurismas cerebrales, coágulos, arritmia, así como padecimientos de vesícula, colon, próstata y melanomas, existen serias dudas de que Biden llegue a 2022 en el poder.