Duque
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El cerdito de Uribe aprendió muy bien las enseñanzas de su jefe al esquivar las preguntas que incomodan a la derecha paramilitar que gobierna Colombia.

El electo presidente de Colombia, Iván Duque ha demostrado que tiene la misma costumbre de su jefe Uribe de no contestar preguntas incómodas sobre el paramilitarismo, y un ejemplo de ellos fue su visita al Consulado colombiano en Miami, donde se hizo el loco cuando cuestionaron su fijación a temas ajenos a los colombianos por encima de la masacre de líderes comunitarios que vive el país.

Durante una ronda de preguntas, los periodistas presentes inquirieron sobre los crecientes asesinatos de líderes comunitarios a manos de células paramilitares y este, sin más ni menos, obvió las preguntas para empezar a criticar a Venezuela.

Duque, que estaba en la ciudad estadounidense para recibir las llaves de la ciudad y se le proclamara “Líder de la Democracia en Latinoamérica”, no tiene ningún interés en reconocer los errores de gobiernos pasados, pues él, más que presidente, será el articulador político de Álvaro Uribe Vélez, que le dará la orden de qué puede o no decir.

Redacción Lechuguinos