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La insípida de Fabiana Rosales, regresó rápidamente a Venezuela, luego que se hiciera público que su marido Juan Guaidó la estaba volteando con una barinesa.

Haciéndole caso al dicho que reza “el que no cuida lo que tiene a pedir se queda”, Fabiana Rosales, abandonó sus lujosas y costosas vacaciones por Europa, pagadas con los reales que se robaron de PDVSA, para regresar a Venezuela luego que se hiciera público que su marido, Juan Guaidó le estaba montando los cuernos con una barinesa.

Rosales, fue recibida en el aeropuerto, por su marido, quien con unos globos, trató de disimular la montada de cacho que se hizo público, pero igual, ya toda la verdad, salió a la luz pública.

Tan evidente fueron los cachos que le montó Guaidó, que a su llegada al Aeropuerto, el personal de seguridad la alertó, para que agachara la cabeza, en el detector de metales, porque los cachos eran tan grandes, que podían chocar.

Seguramente, todo el dinero que le han robado a la Nación y de los cuales está disfrutando Fabiana Rosales, serán suficientes, para perdonarle la canita al aire de Juan Guaidó y también para limarse los cachos que le monta su marido

Redacción Lechuguinos