Melania vuelve a desairar en público a Donald Trump
Foto: Lechuguinos.com

Nuevamente, Melania, la esposa de Donald Trump vuelve a desairar a su marido en público y lo dejó como pajarito en grama.

Cada día que pasa, salen a la luz publicas nuevas situaciones, que demuestran el debitilamieno del actul mandatario gringo, en esta oportunidad Melania, esposa de Donald Trump, lo vuelve a desairar en público, el rehusarse a tomarlo de la mano.

Quedan 10 días para que los estadounidenses acudan a votar a su próximo presidente y los actos se suceden en la carrera frenética por conseguir adeptos en los últimos días de campaña.

Pero ni la proximidad de la cita electoral, marcada para el próximo 3 de noviembre, ni haber pasado el coronavirus parece haber ablandado a Melania respecto a la actitud distante que mantiene con su marido, Donald Trump, actual mandatario de Estados Unidos y candidato por el partido republicano para renovar su gestión otros cuatro años.

En su primera salida a un acto público junto a Donald Trump después de haber dado ambos positivo en Covid-19, la primera dama ha vuelto a repetir uno de esos gestos a los que las cámaras están atentas.

Ocurrió este al final del debate celebrado en Nashville, Tennesse que enfrentó a Trump con Joe Biden en la Universidad de Belmont, el último antes de la cita electoral.

En la comparecencia, el matrimonio apareció cogido de la mano en todo momento, pero cuando se retiraban, Melania Trump volvió a repetir lo que ya han captado varias veces los medios: soltó la mano de su marido con cierto desaire, como el que trata de liberarse de una atadura molesta. El rostro casi siempre serio de Melania ya no es novedad pero sus desplantes mal disimulados es difícil que se traten de descuidos.

Podría haber sido el primero, pero con tantos asesores como rodean a cualquier pareja presidencial de uno de los países más poderosos del mundo, resulta impensable que no hayan asesorado a la primera dama sobre el efecto de estos gestos y que ella, de alguna manera hasta cierto punto disimulada, no los siga haciendo para que los vea el mundo y se entere de que su relación es todo menos feliz.

No es que Melania Trump no sonría  lo hace cuando acude a algún evento en solitario y se siente cómoda es que no le sale cuando tiene a su lado a su marido, Donald Trump. Su química actual se puede calificar de todo menos de chispeante y cómplice. El rechazo contenidamente violento de la mano de su esposo de este jueves, se suma a otros que se han sucedido en el tiempo. A principios del mes de junio la pareja visitó el parque memorial en homenaje al papa Juan Pablo II de la capital, Washington D.C.

Allí depositaron un ramo de flores. Ambos se acercaron hasta la estatua del Pontífice y después posaron ante los medios. Entonces llegó la imagen que ha corrido como la pólvora. Donald Trump le pidió a una muy seria Melania, de forma relativamente discreta, que sonriera ante las cámaras. Y ella permaneció impávida. Él insistió y mientras mostraba toda su reluciente dentadura, Melania solo consiguió realizar una mueca que no convenció a nadie.

De hecho, ese mismo día, a su llegada a la Casa Blanca, Melania volvió a desairar al pelucón y  no entró junto a su marido. Donald se adelantaba unos pasos y la dejaba a ella sola saliendo del coche en el que llegaban a la residencia. Cuando entraba a la misma, la primera dama era recibida y acogida por el saliente matrimonio Obama, a quienes entregó un presente y que le dio la bienvenida de forma cariñosa cuando su marido ya estaba dentro de la mansión.

En mayo de 2017, en una visita de Estado a Israel, la primera dama rechazó la mano de su marido a su llegada a Tel Aviv, incluido un leve manotazo, mientras caminaban junto al primer ministro del país, Benjamín Netanyahu y su esposa, Sara. Pocos días después, cuando aterrizaban en Roma para una visita al papa Francisco, el presidente volvía a intentarlo pero ella disimulaba su incomodidad apartándose un mechón de pelo de la cara.