La relación entre Donald Trump y su vicepresidente y más fiel funcionario, Mike Pence, parece pender de un hilo, medios aseguran que este podría utilizar la enmienda 25 contra Trump para su destitución.

Este domingo, fuentes cercanas a la Vicepresidencia de Estados Unidos informaron a CNN que Pence no descarta la posibilidad de invocar la Enmienda 25 para destituir a Donald Trump. Incluso, el equipo del funcionario teme que Pence inicie un proceso de juicio político contra el presidente.

De ser así, el equipo de Pence considera que Trump podría tomar algún tipo de acción precipitada que podría poner en riesgo a la nación.

Vale la pena recordar que el senador Chuck Schumer y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, instaron a Pence el pasado jueves a declarar a Trump no apto para el cargo después del motín del miércoles en el Capitolio, que dejó cinco muertos y que fue incitado, de alguna manera, por el mandatario.

“Esta es una emergencia de la mayor magnitud. Al incitar a la sedición, como él lo hizo el miércoles, debe ser destituido del cargo”, dijo Pelosi

Pence ha guardado silencio desde el miércoles y no ha atendido las llamadas de los legisladores, por lo que los demócratas han iniciado un proceso de juicio político como una opción alternativa para destituir a Trump.

Por ahora, según informó CNN, el vicepresidente está trabajando para garantizar que haya una transición sin problemas a la administración de Joe Biden y que el equipo entrante esté preparado para lidiar con la pandemia del coronavirus.

Aun así, las tensiones entre Trump y su segundo al mando han llegado a un punto crítico luego del motín del miércoles y en donde varios de los partidarios de Trump demostraron su insatisfacción ante la falta de acción de Pence para revertir los resultados de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre de 2020.

Pese a que en los últimos cuatro años Pence se ha encargado de hacer una especie de malabares para que varias de las decisiones y acciones de Trump encajen en el marco legal e institucional de Estados Unidos, la petición de revertir los resultados parecía salirse de las manos del funcionario. Lo que sin duda se tradujo en una brecha entre el mandatario y su segundo al mando.

De hecho, durante el motín del Capitolio, la seguridad de Pence y su familia se vio comprometida a tal punto que él, su esposa Karen Pence, su hija Charlotte y su hermano, el representante Greg Pence, se vieron obligados a refugiarse en un lugar secreto para evitar represalias por parte de los amotinados.

Esta situación ha convertido a Pence en una figura clave, pues en sus manos está el invocar la Enmienda 25 y, en caso de hacerlo, sería el responsable de asumir las riendas del Gobierno.

Vale la pena señalar que esta norma contempla un escenario en el cual el mandatario no está capacitado para cumplir con su deber, pero no quiere renunciar a su cargo. Según estipula la norma, que fue establecida en la década de 1960 después de la muerte de John F. Kennedy, será el vicepresidente y una mayoría del gabinete quienes pueden declarar que el mandatario no puede ejercer su cargo y así removerlo.

BBC indica que Trump podría objetar su remoción del cargo y, en ese caso, Pence y el gabinete podrían dejarlo en el poder o insistir en su remoción, para lo cual el caso debe pasar al Congreso, donde para ser aprobada la destitución se requiere el voto positivo de dos tercios de ambas cámaras.