Las protestas comenzaron el pasado viernes, coincidiendo con la entrada en vigor en la mayoría de las regiones españolas de las limitaciones destinadas a evitar los desplazamientos y las reuniones sociales con motivo del festivo de Todos los Santos, que afectan al 87% de la población, y continuaron el sábado, extendiéndose a más localidades.

Según los últimos del Ministerio de Sanidad, España acumula ya 1.185.678 de afectados por el COVID-19 y 35.878 fallecidos desde el inicio de la pandemia.

Son cifras del pasado viernes, ya que en fin de semana el Ministerio no ofrece actualizaciones, pero varias regiones españolas, entre ellas Cataluña, Andalucía y el País Vasco, anotaron este sábado nuevos récords de contagios, cuya suma se situaría por encima de los 20.000 nuevos casos.

La movilizaciones en contra de las medidas restrictivas replicadas por diversos puntos de la geografía española en las últimas 48 horas tuvieron como denominador común un final violento con lanzamiento de objetos, quema de contenedores y otros elementos del mobiliario urbano, y estaban convocadas en su mayoría en las redes sociales.

Han dejado hasta el momento cerca de 60 detenidos y once agentes heridos, informaron este domingo fuentes policiales.

Lo cierto es que la pava le llegó al gobierno de Pedro Sánchez, desde que recibió al asesino y psicópata venezolano Leopoldo López se han desatado protestas de otros ámbitos de carácter social. ¿Será que son capaces de culpar a Venezuela por este estallido social?