Parafraseando a Lionel Ritchie, el Fiscal General de Cabo Verde, Luis José Landim es «Tres veces no veraz».

«Es una vez…» Sabe desde hace más de un año que no había ninguna orden de detención que respaldara la notificación roja de Interpol en la que, según él, se basó la detención del diplomático venezolano Alex Saab el 12 de junio de 2020. En su prisa por plegarse a las exigencias de Estados Unidos, tanto Landim como Natalino Correia, el policía que abordó por la fuerza el avión de Saab, tomaron la decisión calculada de proceder a la detención de Alex Saab a pesar de saber que la documentación de apoyo no se ajustaba a la legislación de Cabo Verde.

«Dos veces…» El fiscal general Landim y el primer ministro caboverdiano Ulisses Correia (ningún pariente del policía de pacotilla Natalino) sabían desde el 29 de junio de 2020 que la orden de detención que acompañaba a la solicitud de extradición de Estados Unidos no estaba a nombre de Alex Saab. Sólo a finales de junio de 2021 José Landim ha presentado una moción ante el Tribunal Constitucional de Cabo Verde pidiendo que se acepte una orden modificada de los Estados Unidos. El comportamiento chapucero y arrogante de Landim y de los Estados Unidos deja mucho que desear y uno sólo puede quedarse con la clara impresión de que su arrogancia ha dado paso a una evaluación sobria del hecho de que teme que el Tribunal Constitucional sea plenamente consciente de muchos casos en los Estados Unidos (y en otros lugares, como ha señalado recientemente en una declaración el respetado abogado de Alex Saab en materia de derechos humanos de la CEDEAO, Femi Falana) en los que los acusados han tenido que ser liberados debido a un «error tan trivial» como José Landim ha tratado de caracterizarlo.

«Tres veces no veraz».José Landim y todo el círculo íntimo de Ulisses Correia han sabido a los pocos minutos de que Natalino Correia entrara por la fuerza en el avión de Alex Saab (según las decisiones del Tribunal de Justicia de la CEDEAO del 15 de marzo y del 24 de junio de 2021), que Alex Saab era un diplomático legítimo de la República Bolivariana de Venezuela. A pesar de que Saab declaró a Natalino Correia que era un Enviado Especial que realizaba una Misión Especial humanitaria para comprar medicamentos vitales necesarios para combatir la epidemia de COVID-19 en Venezuela y se ofreció a mostrar los documentos que confirmaban su estatus, Natalino Correia obligó a Saab a descender de su avión, le hizo comprar un visado de entrada y lo puso en aislamiento. A las pocas horas de la detención de Alex Saab, Cabo Verde fue contactado directamente, a través de los canales diplomáticos correctos, por Venezuela, que informó a Cabo Verde de su estatus e invocó su inmunidad e inviolabilidad. A pesar de ello, Landim, desafiando directamente tanto a Cabo Verde como al derecho internacional, se negó a liberar a un diplomático nombrado legalmente.

José Landim es plenamente consciente de que un encubrimiento sólo puede mantenerse durante un tiempo.

El equipo de defensa de Alex Saab lleva más de un año señalando las tres irregularidades señaladas, pero José Landim las ha ignorado. ¿Por qué y para qué?

El Tribunal de Justicia de la CEDEAO, dirigido por la jueza ponente Januária Tavares Silva Moreira Costa, ex ministra de Justicia de Cabo Verde, ha dictaminado en dos ocasiones que se produjeron importantes violaciones de la legislación caboverdiana en la detención y el encarcelamiento de Alex Saab. En ambas ocasiones, José Landim ha ignorado la decisión vinculante del Tribunal de la CEDEAO. ¿Por qué y para qué?

El muy respetado Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha pedido que se detenga cualquier extradición de Alex Saab hasta que haya tenido la oportunidad de examinar las alegaciones de que Alex Saab ha sido torturado física y psicológicamente y se le ha negado atención médica especializada. José Landim se ha negado. ¿Por qué y para qué?

La forma engañosa en que el fiscal general Landim ha llevado el caso de Alex Saab ha provocado la vergüenza y el escarnio de Cabo Verde. Cuando la misma persona a la que se le ha confiado la tarea de garantizar que la justicia se lleve a cabo de forma justa e imparcial ha incumplido él mismo esta norma, todos los caboverdianos deberían estar profundamente preocupados y preguntarse por qué sigue en el cargo. Los caboverdianos también deben preguntarse por qué el Primer Ministro Correia se empeña en imponer la decisión de la extradición de Alex Saab a los tribunales de Cabo Verde, cuando durante más de un año su actuación y la de su Fiscal General han dejado claro que sus decisiones se rigen por la conveniencia política y no por el Estado de Derecho.