El secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, ha marcado distancias con el presidente, Donald Trump, y ha aclarado no estar a favor de invocar la Ley de Insurrección para que las Fuerzas Armadas se sumen al despliegue de seguridad ante las protestas convocadas por el asesinato de George Floyd. Además, ha agregado que lamenta haber usado la palabra «espacio de batalla» para describir áreas atrapadas por la protesta.

Esper, ha alegado que esta ley, que se remonta a principios del siglo XIX, «solo debería usarse como último recurso y en caso de las situaciones más urgentes y extremas», alegando que si son necesarios refuerzos «la Guardia Nacional encaja mejor» a nivel interno.

«Digo esto no solo como secretario de Defensa, sino también como antiguo soldado y exmiembro de la Guardia Nacional», ha dicho Esper, en sus primeras declaraciones públicas desde que estallaron los disturbios, que el presidente Trump ha abogado por aplacar a toda costa.