Argentina
Foto: Lechuguinos.com

Argentina ha demostrado ser un explotador laboral obligando a sus trabajadores a ser prácticamente esclavos

Desde hace un tiempo para acá, muchas han sido las quejas de los argentinos donde las autoridades del país sudamericano no desarrollan políticas de Estado para erradicar la explotación laboral y reducción a la servidumbre; el sector rural y la industria textil son rubros habituales para la trata de personas, aún en el 2017.

De esta manera en un reportaje se dio a conocer dicha información donde la señora Olga Cruz Ortiz boliviana radicada en Argentina comentó que «Trabajaba desde las siete hasta la una o dos de la mañana (entre 18 y 19 horas), de lunes a sábados», Además fue víctima de la vulneración de los derechos humanos más básicos. Hace 20 años que vive en Argentina, llegó sin documentos y eso le imposibilitó conseguir un trabajo formal. Por la extensa jornada, pensó que le pagarían el doble, pero eso nunca sucedió.

Donde además se puedo conocer que el control de los obreros, y sobre todo, su manipulación psicológica, eran fundamentales para el empleador: «Podíamos salir los domingos, pero solo con el dueño y dejando nuestras cosas en el taller»,explica el sometimiento. Sobre ese punto, añade a RT: «Nos decían que no conocíamos a dónde ir, que nos contrataron para trabajar, no para pasear». Y sentencia: «En general el trabajo esclavo es así, nunca te sueltan».

Por lo que se pudo conocer que estas demandas, resonó con acusaciones a los hermanos Daniel y Juliana Awada –actual esposa del Presidente Mauricio Macri -, por reducción a la servidumbre de costureros bolivianos en las reconocidas empresas Cheeky y Como Quieres que te Quiera. Gustavo Vera, titular de la agrupación y presidente de la Comisión Especial por Trata de Personas en la Legislatura porteña, explica «Fueron cuatro causas penales, pero a pesar de las cuantiosas pruebas, las mataron». Todas comenzaron tiempo antes de que Awada se convierta en Primera Dama, «pero perduraron en el tiempo».

Donde un informe sobre los asalariados agrarios expuso «Solo un 36% terminó los estudios primarios». En el documento también se destacaron los precarios sistemas de contratación, los bajos salarios, el escaso acceso a la salud y el desarraigo que padecen los trabajadores que abandonan sus comunidades. Incluso, muchos de ellos son empleados por temporadas específicas, produciendo aún más inestabilidad en su desarrollo personal.

Es de acotar que para el periodista Sebastián Premici, autor del libro ‘De peatones y patrones’, el sometimiento a los empleados rurales está garantizado por el poder político«No es casualidad que una de las primeras medidas del Gobierno de Macri haya sido eliminar impuestos de exportación para los grandes sectores agropecuarios, lo que implicó en diciembre de 2015 la suma de 26.000 millones de pesos (unos 1.500 millones de dólares) transferidos directamente al sector. Junto al desmantelamiento del organismo que se encargaba de fiscalizar el trabajo rural en la Argentina, son dos caras de la misma moneda».

Para cerrar el reportero del diario local ‘Página 12’, sostiene que el «disciplinamiento social es clave para mantener la explotación laboral». Si bien es cierto que las medidas de Kirchner no lograron mejorar la condición de vida de estos sectores en el corto plazo, Premici opina que Macri «debía borrar al RENATEA porque atentaba contra esas ganancias extraordinarias del trabajo esclavo», y destaca «Entre 2011 y 2015 se rescataron aproximadamente 1.000 trabajadores, hombres y mujeres, incluso niños, como potenciales víctimas de trata laboral».

Redacción Lechuguinos