Duque Colombia recibe con brazos abiertos a delincuentes
Foto: Lechuguinos.com

La nueva rebuznada de Iván Duque, tras el anuncio que hizo la plataforma de videos Netflix de abrir una oficina en Bogotá, se vio empañada por las severas críticas que recibió luego de afirmar que con esta decisión de la empresa estadounidense su país está más cerca de convertirse en el Silicon Valley de América Latina.

Para el mandatario, la apertura de esta sede «resalta» la confianza de las grandes compañías en el «talento colombiano» y en su política gubernamental de la economía naranja o economía creativa, que se basa en la generación de riqueza a través del «talento, la propiedad intelectual, la conectividad y la herencia cultural de la región», según detalla en su libro ‘La Economía Naranja: Una oportunidad infinita’.

El mensaje de Duque fue publicado luego de que Netflix colgara en su cuenta de Twitter un video donde varios actores colombianos, que forman parte de sus producciones, anunciaban la creación de la nueva oficina, que estará ubicada en la capital del país suramericano. «Colombia: ahora sí, llegamos para quedarnos«, decía el clip de cuatro minutos.

Inmediatamente, surgieron numerosas críticas relacionadas con los programas del Gobierno colombiano, la ausencia del Estado en zonas con altos índices de pobreza y las condiciones tecnológicas precarias en las que se encuentran algunas regiones, que quedaron en evidencia durante el confinamiento durante la pandemia.

Colombia e internet

Uno de los trinos lo hizo el representante de la Cámara de Representantes, César Pachón, quien recordó que la plataforma también tiene sedes en otros países de la región como Argentina, Brasil y México, entre otros, y que en el campo colombiano «los niños no pueden estudiar porque no tienen conectividad ni computadores».

Sobre ese mismo tema, otros usuarios compartieron imágenes extraídas de noticieros donde se denunciaba la situación crítica de los estudiantes de algunas zonas rurales para poder tener acceso a la tecnología y presenciar sus clases virtuales.

Según el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones, durante 2020 el país aumentó el acceso a internet a 7,6 millones de puntos, lo que arrojó una proporción de 15 lugares para la conexión por cada 100 habitantes.

En Colombia, el 62 % de la población usa internet pero su índice de penetración en la modalidad fija es del 37,5 %, lo que implica que el resto accede a él a través de celulares y planes prepagados, recoge un artículo de Carolina Botero en Razón Pública.

En los principales municipios hay un índice de penetración de internet fijo del 45,75 %, mientras que en los sectores rurales distantes y en las pequeñas ciudades, corresponde al 6,2 %.

Según Botero, «la brecha digital es apenas un reflejo de otras desigualdades«, pues la falta de conexión «impacta más a las mujeres y a los grupos sociales vulnerables». Según el Ministerio de Tecnologías, el 19 % de las mujeres sin acceso a internet son indígenas, campesinas y de los estratos socioeconómicos más bajos.

Uno de los señalamientos estuvo relacionado con la lenta velocidad de conexión de Colombia, con respecto a otros países.

La reforma tributaria

El tema de la polémica reforma tributaria tampoco se escapó de las críticas. Un internauta afirmó que el cobro del 19 % de IVA a los estratos medios y alto de la población hará que internet, la energía eléctrica y los servicios lleguen con más dificultad a algunos territorios colombianos.

En Colombia, varios sectores han debatido en el Congreso la eliminación del cobro del IVA en los planes de datos de la telefonía móvil, mientras que las operadoras telefónicas han solicitado que no se le sume el impuesto a los teléfonos de gama media, a los que puede acceder buena parte de la población para tener conexión.

Por otro lado, la senadora colombiana Sandra Ramírez, al referirse a los logros de la economía naranja impulsada por Duque, comparó dos imágenes de Silicon Valley en EE.UU. y de Colombia.

En un tono más de sarcasmo, un tuitero hizo un juego de palabras y escribió: «Colombia no es un Silicon Valley sino un valle de lágrimas».