El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, ha presentado su renuncia y dejará el cargo después del 23 de diciembre, según anunció Donald Trump en su cuenta de Twitter a los pocos minutos de que el Colegio Electoral confirmase la victoria del demócrata Joe Biden en las presidenciales. La confianza del mandatario y su máximo titular del Departamento de Justicia, que había sido uno de los grandes aliados del republicano en momentos delicados, se enturbió en las últimas semanas a raíz de las acusaciones infundadas de fraude por parte de Trump y al trascender una investigación sobre Hunter Biden, hijo del hoy presidente electo, una vez pasada la cita con las urnas.

“Acabo de tener una reunión muy agradable con el fiscal general Bill Barr en la Casa Blanca, nuestra relación ha sido muy buena y ha hecho un trabajo formidable. Según su carta, se marchará justo antes de Navidad para pasar las vacaciones con su familia”, publicó en la red social, acompañando el tuit con una fotografía de la misiva de Barr.

Los rumores sobre su posible salida se habían multiplicado en los últimos días. Barr, un veterano de Washington, de 70 años, que había ocupado el mismo puesto en la Administración de Bush padre, cerró el paso a las intenciones del presidente de tumbar en los tribunales la victoria de Biden en las elecciones.

En medio de las acusaciones de Trump, recalcó que el Departamento de Justicia no había hallado rastro de un fraude electoral con entidad suficiente como para cambiar el escrutinio. Es más, en declaraciones a Associated Press, se mostró crítico con las teorías conspirativas propagadas. “Hay una tendencia creciente a usar el sistema de justicia penal como si sirviese para solucionar todo y, cuando a la gente no le gusta algo, quieren que el Departamento de Justicia investigue”, dijo el fiscal. “La mayor parte de denuncias de fraude se refieren a unos casos y personas concretas, no hay acusaciones generalizadas, y esas se están viniendo abajo”, recalcó, desmarcándose por completo de Trump.

Fue un punto de inflexión tras un mandato que asumió en febrero de 2019 y en el que había representado un gran apoyo para el presidente republicano. En el caso de la investigación de la trama rusa, antes de que el informe del fiscal especial Robert S. Mueller se hiciese público, elaboró un resumen tan benévolo con la actuación de Trump que un juez lo llamó “distorsionado” y “engañoso”. Tras la sugerencia de Trump, ordenó rebajar la recomendación de pena a su exasesor y amigo Roger Stone, una medida tan polémica que cuatro fiscales se apartaron del caso. También decidió retirar los cargos contra el exconsejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn, que se había declarado culpable en dos ocasiones de mentir a los investigadores federales en las mismas pesquisas de la trama rusa, pero un juez lo paró. El presidente republicano acabó concediéndole el perdón a Flynn.

Todas estas actuaciones multiplicaron las críticas y recelos sobre la independencia de la justicia respecto al poder presidencial, pero esta vez, cuando el magnate neoyorquino ha tratado de revertir unas elecciones que Biden ganó con seis millones de votos de ventaja (cuatro puntos porcentuales), no ha encontrado el apoyo de Barr. Trump también criticó que el fiscal general no publicase durante la campaña electoral que Hunter Biden estaba siendo objeto de investigación fiscal, algo que hubiese podido perjudicar a su rival en las urnas.

Pese a estos rifirrafes, en su carta de despedida Barr también tiene palabras de elogio para Trump, del que celebra unos “logros sin precedentes”. Además, sostiene que la Administración del republicano se vio desde el primer momento perjudicada por un ataque partidista sin límites. “El punto más bajo de esta campaña”, dice, “fue el esfuerzo de perjudicar, si no expulsar, a su Gobierno con acusaciones sin base de colusión con Rusia”.

El fiscal general adjunto, Jeff Rosen, asumirá el puesto de Barr como sucesor interino hasta el 20 de enero, fecha en la que toma posesión la nueva Administración del demócrata Joe Biden. Este no ha anunciado aún quién será su nominado para el puesto al frente del Departamento de Justicia. Tampoco ha llegado a ver el final de la Administración el, hasta hace poco, jefe del Pentágono Mark Esper, que Trump despidió pocos días después de las elecciones. Cuando Barr asumió el puesto en febrero de 2019, lo hizo para sustituir a Jeff Sessions, que salió del Gobierno tras mantener también fuertes desavenencias con Trump.