Luisa Ortega Díaz, ha emprendido una campaña internacional en la que se promociona como supuesta «defensora de la justicia» venezolana, pero en privado, no es más que la asociación de un bufete que recluta a quienes fueron sus clientes durante su gestión en el Ministerio Público venezolano.

La premisa es sencilla: “por los viejos tiempos”. Luisa Ortega Díaz contacta a aquellos delincuentes pertenecientes al crimen internacional, que en el pasado le pagaban jugosos dividendos por favorecerlos en sus causas dentro del MP, con la única condición de que estos mismos clientes señalen hoy a las actuales autoridades en dicha institución.
El modus operandi era extorsionar a presuntos delincuentes, a cambio de ofrecerles supuestos tratos preferentes en el MP, y librarlos a través de pagos en divisas.
En los últimos días Ortega ha indicado insistentemente que el MP venezolano pretende extraditar desde Colombia al Narcotraficante Yoel Palmar Vergel, quien en Venezuela y República Dominicana ha sido señalado como el líder del cartel del malecón; sin embargo, hay que señalar que durante su gestión como Fiscal y junto con el Director José Miguel Medina Sayago, ambos activamente y en el ejercicio de poder, favorecieron a este criminal.
Igual sucedió con Yldemaro Hernández (Miembro del cartel del Malecón, dirigido por Yoel Palmar) signado en el Ministerio Publico como MP-510182015, Número de expediente  WP02-2015-000487 de fecha 03-02-2015, bajo el mando de Ortega Díaz y José Medina Sayago como director de drogas, solicitaron medida cautelar a favor de este ciudadano señalado de querer ingresar al país  414.820,00 USD en efectivo sin ser declarados, incautados el 03/02/2015 de marzo de 2015 en el aeropuerto internacional de Maiquetía.
No conforme con eso, a pesar de que la Procuraduría de Republica Dominicana había remitido prueba suficiente de la participación del ciudadano Yoel Palmar, la entonces Fiscal ordeno a Medina Sayago descartar al ciudadano en cuestión de la investigación.
En el caso de los 257 kilos de cocaína incautados el 10 de marzo de 2015 en la carretera nacional Lara-Zulia (MP-107970-2015) por orden de Luisa Ortega Díaz y de Medina Sayago se excluyó de las investigaciones a Yoel Palmar.
Este modus operandi del sindicato criminal que operaba en el MP bajo la dirección de Ortega Díaz, y con la esmerada participación de Medina Sayago,  favoreció a Yoel Palmar de nuevo en el caso de los 349 kilos de cocaína incautados el 24 de marzo de 2016 en el aeropuerto internacional de la Romana, pese a las pruebas enviadas por la Procuraduría de Republica Dominicana, se volvió a excluir a Yoel Palmar de las investigaciones.
Luisa Ortega Díaz y José Medina Sayago dirigían personalmente el curso de las investigaciones en las que se encontraba sindicado Yoel Palmar, y en todas las causas fue desestimada la participación del capo, vale la pena preguntarse ¿a cambio de qué?
Ahora bien, Luisa Ortega Díaz  afirma que “Venezuela” quiere extraditar al capo Yoel Palmar, con la finalidad de que la comprometa en crimines que ella, la “Inmaculada Fiscal” no ha cometido, que todo forma parte de una persecución política, y que los verdaderos extorsionadores son otros, todos, nunca ella que ejerció por 10 años como fiscal.
Basta con un análisis somero de las causas señaladas para determinar que, más allá de las dudas razonables que se presentan en cada uno, en todos los ejemplos citados Yoel Palmar fue favorecido por Luisa Ortega Díaz y José Medina Sayago, quienes ordenaron excluir al capo de las investigaciones y librarlo de cualquier sospecha, a sabiendas de las pruebas que habían en su contra.
Si hablamos de otros narcotraficantes buscados incluso por la justicia Estadounidense, hablemos de Walter del Nogal y de la gente que operaba el cartel de Vasily Kotosky los cuales fueron liberados en su gestión.
No se trata de una persecución política (que de eso sabe bastante Luisa Ortega Díaz y José Medina Sayago), se trata de una investigación criminal en contra de la jefa de un cartel de extorsión que operaba en el Ministerio Publico y que favoreció a todo aquel criminal que tuviera como pagar, llegando al punto de sacarle credenciales como se anexa.
Consciente de que su situación era insostenible, que la cantidad de pruebas en su contra eran inocultables y que saldrían a la luz pública en cualquier momento, optó hábilmente  por diseñar un rol mediático de perseguida política que le garantizara impunidad por los delitos cometidos.
Hoy en día, Luisa Ortega Díaz no deja de “trabajar” para sus antiguos clientes, como se puede inferir del caso del Yoel Palmar, quien gracias a las gestiones de “su defensora” logro sortear la extradición de la que estaba a punto de ser objeto desde Colombia hasta Venezuela.
Lejos de ser una perseguida política, Luisa Ortega Díaz es una prófuga de la justicia, que tiene que rendir cuenta por todos los delitos cometidos por ella y su cartel, que extorsionaron a cientos y persiguieron a miles durante el tiempo que estuvo a cargo del Ministerio Público.
Redacción Lechuguinos