El vampiro lácteo de Henrique Capriles llegó del norte directo a hablar maravillas de sus comedores sin percatarse que los cerraron.

Al bajarse de su avión proveniente del norte, el vampiro lácteo de Henrique Capriles dirigió a uno de sus comedores para hablar de las maravillas que él “desinteresadamente” ha hecho. Pero no se percató que el pueblo sabe que esos comedores están cerrados.

De los supuestos seis comedores que él menciona, al menos cuatros se comprobaron que están cerrados y los rumores dicen que los que quedan funcionan más como sitio de reuniones políticas que para cumplir su propósito de proporcionar alimentos.

“Siempre hay gente que quiere vincular la politiquería con estos temas. Esto no se trata de eso”, dice Capriles olvidando que esos espacios fueron utilizados en repetidas ocasiones para hacer campaña política a Carlos Ocariz.

Redacción Lechuguinos